Nuestro entorno es expresivo, nos ofrece información y además es el escenario donde emitimos y recibimos mensajes. Nosotros interactuamos con nuestro entorno comunicándonos, de forma que el contexto comunicativo es el espacio donde se da esa interacción.
Hay veces que el escenario donde se ubican las vallas y demás anuncios publicitarios influye en el mensaje hasta incluso alterarlo. Por eso ocurre que en muchos casos la contrapublicidad está ahí.
Los emisores del mensaje no pudieron prever su efecto cuando interactuamos con él. Un ejemplo muy claro (y gracioso) es el de DANONE, que no tuvo en cuenta qué dice la tapa de uno de sus yogures cuando lo separas del resto.
En otros es el propio espacio en el que se encuentra el mensaje el que lo altera: el cartel de Leroy Merlin tiene como slogan "No querrás estar en otro lugar". El problema es ¿¿no querré estar en otro lugar que no sea el cementerio??
Aparte de estos aspectos que en la medidad de lo posible hay que tener en cuenta, existen otras fromas de hacer contrapublicidad como el lenguaje de signos elaborado de las señales y cartelería que ofrece muchas posibilidades expresivas. Y también de alteración como por ejemplo un peatón-robot cuyo pensamiento se decanta por el fast food.
fuentes:http://www.letra.org/
ANDREA LOBATO
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